jueves, 25 de abril de 2024

La juventud universitaria de Estados Unidos se rebela contra el genocidio palestino


Demócratas y republicanos cierran filas en favor del sionismo. 

 Una creciente movilización de la juventud universitaria ha invadido los campus y calles de las distintas casas de estudios a lo largo y ancho de los Estados Unidos. El centro de las movilizaciones y acciones ha sido tomado por los estudiantes de la Universidad de Columbia, quienes el pasado jueves 18 sufrieron una feroz represión - que llevó a la detención de 100 estudiantes, docentes y otros manifestantes - habilitada por el gobierno de Nueva York y su propia rectora, Minouche Shafik. 
 Lo que pretendía ser una acción aleccionadora fue el comienzo de una rebelión que se va generalizando en diversas universidades del país, con epicentro en Nueva York. En los últimos días, cientos de estudiantes fueron detenidos en Columbia, Yale, la Universidad de Nueva York (NYU, por sus siglas en inglés) así como se han instalado campamentos y líneas de piquetes en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Emerson, Tufts, Brown o Stanford en la costa oeste. Así como en Michigan, Boston y otras ciudades. (El País, 22/04) 
 Los demócratas y republicanos, nucleados en el Comité de Educación, han convertido las citas a diversos rectores en una casa de brujas y el llamado a realizar una purga de estudiantes y docentes que no se alineen con la política genocida del sionismo. Allí quienes más han utilizado el recurso del “antisemitismo” son los diputados alineados a Trump, un supremacista declarado. Estas convocatorias han generado las renuncias de las rectoras de Harvard y Boston. Ahora, se ha iniciado una campaña contra la rectora de Columbia por su “permisividad” ante los grupos propalestinos.
 La intromisión policial, habilitada por la propia rectora de Columbia, es la primera acción policial en los campus universitarios desde 1968 cuando la juventud universitaria se levantó en masa contra la guerra de Vietnam. Los estudiantes y docentes denuncian que sufren una persecución de parte de las autoridades, quienes han decidido desde suspender clases presenciales, cerrar los campus, suspender a estudiantes hasta su expulsión o inhabilitación por tiempo indefinido hasta que reconozcan sus “actos antisemitas.” 
 Joe Biden ha celebrado estas persecuciones al asegurar en un comunicado de la Casa Blanca el pasado domingo, que no puede permitirse el “antisemitismo flagrante, censurable y peligroso, que no tiene cabida en absoluto en los campus universitarios ni en ningún lugar de nuestro país." (Clarín, 23/04)
 Los grupos constituidos en cada universidad han demostrado una amplía composición de estudiantes y docentes pertenecientes a la comunidad judía. Lo que ha terminado por tirar por el suelo la provocación de la derecha republicana y los grupos trumpistas. Es un golpe político al sionismo y sus aliados internacionales en su empresa bélica. "Hoy es el discurso sobre Israel-Palestina. La semana que viene, será sobre la raza, el género, las vacunas o el clima", asegura el profesor Joseph Howley de Columbia y perteneciente al comité de solidaridad con Palestina. (Clarín, 23/04) 
 El gobierno de Biden viene sufriendo un distanciamiento cada vez mayor con la juventud, sobre todo la universitaria que históricamente se ha volcado en las elecciones por un voto progresista. Algo que ha puesto en jaque su propia campaña por la reelección. Sucede que las reivindicaciones de los estudiantes van desde la exigencia de comunicados oficiales de las universidades condenando el genocidio palestino y la exigencia inmediata de un cese al fuego hasta el reclamo por la cancelación de todos los contratos de investigación y desarrollo destinados a empresas israelies, armamentisticas o que tengan aplicación práctica en el terreno de combate. (El País, Los Angeles Times, CNN) 
 Tomado en su conjunto, el movimiento ascendente de la juventud estadounidense, empalma como un rechazo consciente a la empresa bélica del sionismo con la complicidad de Estados Unidos y un rechazo, más general, a la guerra mundial que la OTAN ha expandido por todo el planeta con epicentro en Europa y Medio Oriente, requisito previo para una ofensiva total sobre China.
 Este quiebre, al igual que en el pasado durante la guerra de Vietnam, muestra el profundo desequilibrio del imperialismo estadounidense en su “frente interno”. A todo este torrente, se le suman una camada de jóvenes activistas fabriles y sindicales junto a un renacimiento de los movimientos de la juventud negra (Black Lives Matters) y la mujer.
 Esta primavera de la juventud estadounidense es un revulsivo sobre el conjunto de la situación política. La puesta en movimiento de las fuerzas elementales de la juventud ante el planteo de la guerra y la reacción política de un imperialismo decadente. 

Joaquín Antúnez
 24/04/2024

miércoles, 24 de abril de 2024

Los sionistas preparan la masacre en Rafah mientras se hallan cientos de palestinos enterrados en fosas comunes


Equipos de defensa civil palestina encontraron el domingo una fosa común en el interior del Complejo Médico Nasser de Khan Younis, en el sur de Gaza. La mayoría de los 300 cadáveres de niños, mujeres y ancianos proceden sólo de una de las por lo menos tres fosas comunes encontradas en el lugar. "Esperamos hallar otros 200 cadáveres en la misma fosa en los próximos dos días, antes de empezar a trabajar en las otras dos", declaró a Reuters Ismail Al-Thawabta, director de comunicación del gobierno de Hamás.
 Yamen Abu Suleiman, director de Defensa Civil en Khan Younis, dijo a CNN que algunos cadáveres tenían las manos y los pies atados, “y había señales de ejecuciones sumarias. No sabemos si fueron enterrados vivos o si fueron ejecutados”. Otros "estaban sin ropa, lo que sin duda indica que fueron detenidos y torturados antes de que los mataran", agregó. También había cadáveres con uniforme del personal de salud o vendados, lo que hace presumir que ejecutaron a médicos y pacientes. 
 Las tropas de ocupación sionistas asaltaron en la noche del 14 al 15 de febrero las instalaciones del hospital Nasser, el mayor complejo hospitalario del sur de la Franja, y tomaron el control durante semanas A pesar de los pedidos de clemencia de Médicos Sin Fronteras, ordenaron la evacuación de miles personas desplazadas que se refugiaban en el hospital. Se retiraron el 7 de abril, dejando la ciudad en ruinas.
 Aparentemente, el ejercito sionista “también desenterró cadáveres para buscar rehenes de Israel, hicieron pruebas de ADN y después mezclaron todos los cadáveres”, explicaron algunos pobladores que buscan los restos de sus familiares. Israel negó haber hecho fosas comunes pero admitió que sacó docenas de cuerpos para realizar pruebas de ADN, “antes de devolver los restos en contenedores” (CNN 22/4).
 Estas no son las primeras fosas comunes que hace el ejército sionista para ocultar asesinatos masivos de civiles. La semana pasada se encontró una nueva fosa común en el hospital Al Shifa, el complejo sanitario más grande de Palestina que fue reducido a escombros. Israel ha convertido los hospitales de Gaza en campos de exterminio. 
 Mientras muchas personas esperaban en el patio del hospital Nasser reconocer los restos de sus familiares para volver a enterrarlos, el lunes los tanques sionistas volvieron a ingresar a Khan Younis. También prosiguen los ataques aéreos en la ciudad de Rafah, donde las incursiones nocturnas mataron el domingo a 22 personas, entre ellas 18 niños. 
 Los principales medios de comunicación estadounidenses han ocultado la existencia de fosas comunes. Por ejemplo, los tres principales periódicos estadounidenses, el New York Times, el Washington Post y el Wall Street Journal (WSWS 23/4). Los crímenes de guerra debilitarían la furiosa campaña del gobierno y todo el establishment contra los estudiantes y docentes propalestinos. 
 Sin embargo, el descrédito del Estado sionista es ilevantable. Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, se ha mostrado “horrorizado” y exigió una investigación “creíble e independiente” sobre “el hallazgo de fosas comunes frente a varios hospitales con centenares de cadáveres”.
 Por otra parte, una investigación independiente encargada por el secretario general de la ONU, António Guterres, ha concluido que “Israel no aportó pruebas que demuestren que personal de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, esté vinculado a organizaciones islamistas como Hamás”. 
 No solo eso: la UNRWA citó el testimonio de trabajadores de la agencia que estuvieron presos por el ejército y fueron obligados a confesar falsamente que habían participado en el ataque del 7 de octubre. Para “convencerlos” los sometieron a “golpizas por parte de interrogadores y médicos que trabajaban con el ejército, así como ataques de perros y amenazas de violación y asesinato".
 Las falsas acusaciones israelíes fueron la excusa para que 16 países cortaran las contribuciones a la UNRWA, que es el principal canal de ayuda humanitaria no solo para los palestinos de Gaza, sino para las comunidades de refugiados palestinos de toda la región.
 Aunque el cínico del secretario de Estado Anthony Blinken afirmó que Estados Unidos “está preocupado” por supuestas violaciones a los derechos humanos en Gaza, las investigaciones que confirman torturas, falsificación de información, ejecuciones sumarias masivas y fosas comunes, se producen en un momento en que Estados Unidos aprobó 13.000 millones de dólares en ayuda militar, dando luz verde a Israel para que continúe el genocidio. La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó otros $26 mil millones en nueva ayuda militar.

 La masacre anunciada

 Un comunicado de la Casa Blanca, este lunes, confirmó el aval de Biden a la avanzada sionista sobre Rafah, más allá de sus mentirosos rezongos. En reuniones de alto nivel, Estados Unidos e Israel “acordaron el objetivo compartido de ver a Hamás derrotado en Rafah", dijeron. El Wall Street Journal informó cómo piensan llevar a cabo la masacre.
 Israel comenzará inmediatamente a desplazar a la población de Rafah -por lo menos 1,5 millón de refugiados- para preparar un asalto definitivo. Se supone que los ubicará en tiendas de campaña en Khan Younis y otras ciudades. 
 La operación, dice el Wall Street Journal, “duraría dos o tres semanas y se realizaría en coordinación con Estados Unidos, Egipto y otros países árabes como los Emiratos Árabes Unidos". Después se tomarían otras seis semanas para reducirla a polvo mientras buscan rehenes y comandos de Hamás. 
 El informe llegó mientras el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. Matthew Miller, dijo: "No queremos ver a los palestinos evacuados de Rafah a menos que sea para regresar a sus hogares" (Times Of Israel 23/4).
 La rebelión de los estudiantes y docentes norteamericanos contra su gobierno, los bloqueos a las fábricas de armas es el camino para frenar el genocidio palestino y para derrotar a sus cómplices. 

 Olga Cristóbal 
 23/04/2024

lunes, 22 de abril de 2024

Viajemos a Cuba: no al chantaje de EEUU


CON FILO | Mercenarios por compotas


EE.UU. cómplice de genocidio


Washington usó su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para sabotear el ingreso de Palestina como miembro de pleno derecho de Naciones Unidas en el marco de un proceso que llevaba paralizado desde 2011. Pese al abrumador apoyo de 12 de los 15 integrantes del Consejo, a los palestinos se les seguirá negando el derecho a tener su propio Estado y deberán conformarse con el estatus de observador no miembro que tienen desde 2012. Resulta muy significativo que la última vez que un país vetó el ingreso de otro a la ONU fue en 1976, cuando el propio Estados Unidos impidió la admisión de Vietnam tras haber perpetrado el genocidio de más de 3 millones de vietnamitas, de haber arrojado sobre esa nación campesina más bombas que todas las que se emplearon en la Segunda Guerra Mundial y de cometer uno de los mayores crímenes ambientales de la historia: el lanzamiento de napalm y otros agentes químicos que mantendrán la tierra envenenada durante siglos. 
 Como denunció la Autoridad Nacional Palestina, se trata de un boicot inmoral, injusto e injustificado, que muestra el desprecio de Washington por la vida humana y por la voluntad de la comunidad internacional. Y, en efecto, la agresiva política estadunidense hacia Palestina, su pueblo y sus derechos legítimos representa una agresión evidente contra el derecho internacional humanitario, y alienta la continuación de la guerra genocida israelí contra la población en la franja de Gaza y Cisjordania. Al respecto, debe remarcarse que la masacre no afecta únicamente a los gazatíes, sino que los colonos israelíes establecidos de manera ilegal en Cisjordania asesinan de forma tan rutinaria como impune a la población árabe que sobrevive en los jirones de tierra que la potencia colonial no les ha robado todavía.
 El reconocimiento de Palestina como integrante de pleno derecho en la ONU no sólo es un derecho inalienable de su pueblo, sino un auténtico asunto de vida o muerte: en momentos en que sus hogares son arrasados y sus vidas segadas por las bombas, las balas y el hambre convertida en arma, la membresía en ese organismo les brindaría un inestimable recurso de defensa diplomática. Asimismo, haría posible la acción solidaria de organismos y estados que no se encuentran alineados con el sionismo y sus planes de limpieza étnica. 
 Al impedir este alivio mínimo a bebés, niños, mujeres, ancianos y hombres inocentes que mueren cada hora bajo la agresión israelí, Estados Unidos desnuda la hipocresía y el sadismo que guían su política exterior. La crueldad es tal, que la Casa Blanca cierra a los palestinos cualquier oportunidad de defenderse al mismo tiempo que impulsa el envío de 26 mil millones de dólares en ayuda militar a Tel Aviv; es decir, otorga un veto para atarlos y misiles para matarlos. Ante estos hechos, sólo queda concluir que Washington es el principal patrocinador y cómplice del genocidio contra el pueblo palestino, el más terrible del siglo XXI y el primero transmitido en tiempo real para oprobio imborrable de Occidente.

 Editorial de "La Jornada" | 20/04/2024

domingo, 21 de abril de 2024

Los batallones paramilitares del fascismo sionista


El secretario de Estado norteamericano Antony Blinken sancionará al batallón Netzah Yehuda del ejército israelí por violaciones a los derechos humanos en Cisjordania. Blinken admitió que había “tomado algunas decisiones” que difundirá en los próximos días. La información, del portal de noticias Axios, levantó una ola furibunda en el gobierno de Israel: sería la primera vez que Estados Unidos sanciona a una unidad militar sionista. Otras unidades de ejército y la policía no serán sancionadas “después de haber corregido su comportamiento” (sic). 
 El Departamento de Estado comenzó a investigar al batallón Netzah Yehuda a finales de 2022, estaba acusado de “graves actos de violencia contra civiles palestinos”, informó Haaretz en ese momento. Entre ellos, el asesinato del estadounidense palestino Omar Assad, de 80 años, en enero de 2022, que fue amordazado y estaqueado en el suelo en pleno invierno hasta que murió. 
 Hace meses, un equipo del Departamento de Estado que investiga violaciones de derechos humanos recomendó a Blinken que cancelara la ayuda estadounidense a numerosas unidades militares y policiales israelíes que operan en Cisjordania. Los “incidentes” investigados ocurrieron antes del ataque de la resistencia palestina a Israel, el 7 de octubre.
 La ley Leahy, de 1997, prohíbe que fuerzas militares y policiales extranjeras acusadas "de manera creíble” de haber cometido violaciones de derechos humanos, reciban ayuda y entrenamiento de los programas de Defensa de Estados Unidos. Ese será el “castigo”. 
 El batallón Netzah Yehuda se formó como una unidad especial para soldados ultraortodoxos. Por eso, como una excepción a las leyes israelíes, está integrado solo por hombres. Como era previsible, la unidad estacionada en Cisjordania se convirtió en el destino de muchos "Jóvenes de las Colinas", una organización paramilitar de adolescentes fascistas, hijos de los colonos de los asentamientos ilegales, que se proponen expulsar a los palestinos apelando a la quema de sembradíos y viviendas. Por lo menos 2.000 palestinos ya debieron abandonar sus aldeas para salvar la vida. 
 Algunos de los jefes de estas bandas criminales hoy integran el gabinete del ministro de Seguridad, Ben Gvir, un colono fascista que no solo festeja las masacres de palestinos sino que dirige personalmente las golpizas contra palestinos en Jerusalén o contra judíos ortodoxos antisionistas de Israel. 
 Los batallones de colonos fascistas se han multiplicado después del 7 de octubre. Con la excusa de que el ejército estaba concentrado en Gaza, el gobierno de Netanhayu reforzó el armamento civil en los asentamientos y creó nuevos batallones oficiales, nutridos por Jóvenes de las Colinas y otras bandas similares. 
 El gobierno israelí reaccionó con indignación ante la noticia. "No se deben imponer sanciones a las Fuerzas de Defensa de Israel", escribió el primer ministro Benjamín Netanyahu en su cuenta de X (antes Twitter) y agregó que su gobierno "actuará por todos los medios contra estas medidas". Netanyahu dijo que, "en un momento en que nuestros soldados están luchando contra los monstruos del terror, la intención de imponer sanciones a una unidad de las FDI es el colmo del absurdo y de una baja moral". 
 Ben Gvir calificó a las posibles sanciones como una "línea roja" y dijo que espera que el ministro de Defensa israeli, Yoav Gallant, no se someta "a los dictados de Estados Unidos" y "respalde por completo a los miembros de este batallón". Si eso no ocurre, Gvir está dispuesto una vez más a burlar la ley: absorberá al batallón dentro de la Policía Nacional y del Ministerio de Seguridad Nacional. 
 Incluso Benny Gantz -líder de la oposición que se sumó en octubre al gabinete de guerra israelí- condenó las sanciones porque "sentarían un precedente peligroso y enviarían un mensaje equivocado a nuestros enemigos comunes en tiempos de guerra". Añadió que "el batallón Netzah Yehuda es una parte inseparable de las Fuerzas de Defensa de Israel. Está sujeto al derecho militar y es responsable de operar en pleno cumplimiento del derecho internacional".
 Unos 490.000 israelíes viven en asentamientos ilegales en Cisjordania, ocupada por Israel, en lo que se considera una violación del derecho internacional. Los ataques sionistas en los territorios ocupados han aumentado desde octubre, causando alrededor de 460 muertos, según el Ministerio de Sanidad palestino.
 El viernes 19, en una acción coordinada entre Estados Unidos y la Unión Europea, también se impusieron sanciones contra Ben Zion Gopstein, un colono ultraderechista, fundador de Lehava, “una organización implicada en la violencia desestabilizadora en Cisjordania”, según el Departamento de Estado. Gopstein integra el Gabinete de Zvir. 
 Al mismo tiempo, el Departamento del Tesoro congeló los bienes de dos entidades del lobby sionista norteamericano, el Fondo Monte Hebrón y Shlom Asiraich, por violar las sanciones estadounidenses que prohíben financiar a colonos involucrados en asesinatos de palestinos en Cisjordania. 
 Por su parte, un comunicado de la Unión Europea incluyó el viernes en su lista negra a Lehava -una organización paramilitar que se opone a cualquier contacto entre judíos y no judíos- y a los Jóvenes de las Colinas. También sancionó a varios líderes de grupos de extrema derecha que actúan en Cisjordania por abusos como "tortura y tratamiento cruel, inhumano o degradante" y "la violación del derecho a la propiedad y a la vida privada y familiar de los palestinos en Cisjordania".
 La “lista negra” significa que no pueden ingresar a la Unión Europea y que “eventuales activos que posean en el bloque europeo resultarán congelados”. 
 Algunos asesinatos datan de 2015 (DW 21/4). Como se ve, se han tomado su tiempo. Ben Gvir respondió que la represalias contra Lehava y los colonos son "parte de una calumnia antisemita de elementos que odian a Israel”, un argumento que lo hermana con las más progresistas universidades norteamericanas, que han expulsado a alumnos y profesores solidarios con la causa palestina. La invasión a Gaza, que ha inundado los ojos de la humanidad de cadáveres de niños, no forma parte de sus investigaciones. 
 El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha declarado repetidamente que la violencia de los colonos en Cisjordania “es uno de los mayores obstáculos para la paz futura en la región, ya que estos se oponen a la solución de los dos Estados, que daría la condición de Estado a los palestinos”. 
 La súbita sensibilidad de Biden y la Unión Europea ante la barbarie sionista en Cisjordania tal vez deba entenderse en el contexto del empantanamiento de la invasión a Gaza. Como lamenta The Economist: “Israel contaba con la simpatía y el amplio apoyo de gran parte de Occidente” hasta el 7 de octubre. Seis meses después, “gran parte de Gaza yace en ruinas. Más de 34.000 palestinos han muerto. La población civil desplazada se enfrenta a la hambruna”. Pero lo que preocupa al Economist es que Israel “ha perdido la batalla por la opinión pública mundial” y su Ejército está acusado “de dos fracasos catastróficos. Primero, que no ha logrado sus objetivos militares en Gaza. Segundo, que ha actuado de forma inmoral y ha quebrantado las leyes de la guerra”. Para más datos, “la estrategia militar de los altos mandos ha fracasado y la disciplina entre las tropas está severamente deteriorada”. (The Economist 11/4) 
 Respecto de la cháchara sobre los “dos estados” esgrimida por Biden como alternativa para la “reconstrucción” de Gaza, se estrelló la semana pasada, cuando Estados Unidos vetó la entrada de Palestina como miembro pleno de la ONU. 
 Más allá de las hipocresías imperialistas, los crímenes contra los palestinos en Cisjordania no es cosa solo de bandas fascistas. Este domingo se cumple una huelga general en repudio los bombardeos sistemáticos contra los gazatíes que intentan huir de Rafah y a la mortífera incursión sionista en el campo de refugiados de Nur Shams, que se extendió desde el jueves hasta la madrugada del domingo. Se informan por lo menos 15 muertos, el Ejército no dejó entrar a las ambulancias hasta que se retiró.
 La huelga "paralizó todos los aspectos de la vida" en Cisjordania, según la agencia de noticias oficial palestina, Wafa, con tiendas, escuelas, universidades y bancos cerrados y paro total del transporte público. 

 Olga Cristóbal 
 21/04/2024

Con fake news, Milei busca echar lastre para desactivar la rebelión universitaria


Este 23 de abril, copemos Plaza de Mayo. Milei y su tropa buscan desactivar la rebelión universitaria que se viene abriendo paso a todo vapor. 

El gobierno divulgó una fake news al anunciar que habría llegado a un acuerdo con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el organismo que nuclea a las casas de estudio del país y del cual participan sus rectores, para aumentar un 70 por ciento los gastos de funcionamiento de las universidades. “Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente”, dijeron desde el CIN. El movimiento educativo tiene la tarea de profundizar la lucha en defensa de la educación pública. 
 La propuesta se sumaría al incremento del 70 por ciento que el Ejecutivo anunció el 14 de marzo con el propósito de golpear el paro docente universitario y aminorar las tensiones en el movimiento educativo. Ese dinero nunca apareció. Los gastos de funcionamiento de las universidades representan un 10 por ciento del presupuesto –el 90 por ciento se utiliza para pagar los salarios. Para los sueldos, el gobierno propone un miserable aumento del 8%. Este 140 por ciento de aumento total, que todavía no se otorgó, está muy por debajo de la inflación interanual de marzo, la cual ascendió a un 287,9%. 
 El gobierno de Milei echa lastre porque sabe que la marcha federal educativa, que tendrá lugar el martes 23 de abril, será masiva y también un factor de agudización de la lucha de clases en general. Durante estas últimas semanas se han realizado paros de profesores universitarios, asambleas docentes-estudiantiles, clases públicas, ruidazos y otras acciones de lucha en distintas universidades del país. Y ese proceso empezó a replicarse en otros lugares de estudio, como los institutos terciarios, cuyos estudiantes y docentes nutrirán las filas de la movilización al igual que los del nivel secundario. 
 El movimiento educativo argentino se puso de pie y tiene el desafío de ir a fondo hacia un plan de lucha cuyo norte sea quebrar la política del gobierno, que quiere liquidar la educación pública. El paso de la motosierra libertaria sobre el presupuesto universitario ya ha provocado que algunas casas de estudio deban reducir el consumo de luz y la utilización de algunas de sus instalaciones (Medicina, Farmacia, Económicas, etc.). 
 Además, el gobierno ataca el salario del gremio y se apresta a cercenar la organización de los estudiantes y los docentes a la cual presenta como una fuente de adoctrinamiento. Derrotar a Milei es condición sine qua non para evitar que la educación pública se derrumbe completamente y caigan junto a ella sus estudiantes y trabajadores, así como para conquistar todos los reclamos del movimiento educativo: aumento real del presupuesto, suba de los salarios docentes, becas y boleto para los estudiantes, etc. 
 Por otro lado, la posición del CIN debe alertarnos. Los rectores reproducen la política dialoguista que los partidos capitalistas a los cuales responden desarrollan en el Congreso o desde las propias oficinas gubernamentales. Se ha montado un espectáculo en el que todo tipo de personajes aparecen para hacer demagogia: Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA miembro de la UCR –partido que integra el gobierno nacional y está a favor de la reaccionaria Ley Ómnibus– y quien desde su lugar como autoridad universitaria avaló el robo de Massa a los jubilados, ahora “denuncia” los números del ajuste.
 Los rectores quieren llegar a un acuerdo con el gobierno para sostener una educación pública ajustada y sometida a los negocios capitalistas, y para preservar su condición de funcionarios millonarios y privilegiados. Estos elementos acompañaron a todos los gobiernos enemigos de la educación, defienden el régimen educativo impuesto por el menemismo (Ley Federal de Educación, Ley de Educación Superior), promueven la introducción de posgrados arancelados y convenios que colocan a las universidades al servicio de las empresas, etc. Al igual que las burocracias sindicales, los rectores buscan contener al movimiento de lucha y garantizar la gobernabilidad. Ya lo hicieron en 2018, cuando pactaron con el gobierno de Macri, jugándosela por la derrota de una rebelión educativa que tuvo expresión en tomas de universidades y escuelas y en una movilización masiva. 
 Por eso es muy importante que el movimiento de lucha adopte una posición política independiente y no deposite ninguna confianza en los rectores ni en los sectores ligados a los partidos patronales responsables tanto del ascenso de Milei al poder como de la situación crítica en la que se encuentra la educación pública. Hay que seguir impulsando asambleas, clases públicas, paros e instancias de acción. El 23 debemos copar Plaza de Mayo, con la mira puesta en seguir luchando hasta propinarle una derrota al gobierno derechista. 

 Nazareno Suozzi